El Ministerio de Sanidad ha elaborado un documento para establecer las recomendaciones sanitarias mínimas para la apertura de las piscinas, con el fin de minimizar el potencial de transmisión de COVID-19 y proporcionar un ambiente seguro y saludable en estas instalaciones.
El protocolo está centrado en los procesos de limpieza y desinfección diaria de las zonas comunes, con especial atención a grifos o pomos de la puerta que los usuarios tocan con frecuencia, así como en el respeto de las medidas de seguridad como la distancia social mínima de 2 metros incluso dentro del agua.
Sanidad propone restringir el aforo doblando la superficie por persona en los espacios al aire libre o marcar en el suelo de la entrada los dos metros de distancia que deben mantener los visitantes en la zona de las taquillas.
También se propone contar con sistemas para desinfectar las manos y el calzado a la entrada, y dar una bolsa de plástico a los usuarios para que guarden sus pertenencias y sus basuras, para que queden cerradas herméticamente antes de tirarlas.
Los riesgos asociados al COVID-19 están relacionados con la interacción entre personas que acuden a las piscinas. Las medidas más eficaces para evitar la transmisión del virus son el distanciamiento social y el refuerzo de la higiene de manos y respiratoria.
Otro punto que detalla el documento es la restricción de acceso a las piscinas para aquellas personas en aislamiento domiciliario por diagnóstico de COVID-19, con síntomas compatibles con este virus o que sin tener síntomas estén en cuarentena domiciliaria por haber tenido contacto con otra persona diagnosticada o con cuadro sintomático. En el caso de las comunidades de propietarios, se estipula la posibilidad de elaborar un cronograma para asegurar el uso y disfrute de la piscina por parte de todos los vecinos, con días y horarios alternos. Así, deberá contemplarse un horario preferente para las personas mayores y demás grupos de riesgo.
Durante la estancia en la piscina, no deben compartirse objetos con otros usuarios ajenos a la unidad doméstica de convivencia. Las toallas, cremas o mochilas deberán mantenerse dentro de la delimitación de espacio para que no entre en contacto con otras personas. En el caso que la piscina comunitaria cuente con instalaciones como aseos o vestuarios, las autoridades sanitarias recomiendan no abrirlas. Aquellas comunidades de propietarios con más de 20 viviendas deberán incluir todos estos controles en el protocolo de autocontrol que deberá estar disponible en todo momento para el personal de mantenimiento.
Pincha aquí para leer todo el protocolo: Recomendaciones para la apertura de la actividad en las piscinas tras la crisis del COVID-19